sábado, 19 de abril de 2014

Lo triste es que nada cambia.

Sentada en su sillón favorito, leyendo sus historias de amor que tanto sueña con hacerlas realidad. Lee y lee hasta que se le cierran los ojos y un pequeño ladrido le hace abrirlos de nuevo. Se levanta y le pone la correa a ese pequeño, sale a la calle para que haga sus necesidades y lo vuelve a meter en casa. Se va hacia la cocina, prepara una taza de té, vainilla a elegido esta vez. Y vuelta a su sillón. Vuelve a leer. Ya va por el capítulo quinto. ''Sonríe pequeña, no todo lo bueno está en el amor''. Que cursi le parece aquello. No le va lo cursi.

Rutina. Jodida rutina. Desde que se levanta a las 8 de la mañana hasta que se acuesta a las 12. Siempre la misma rutina. Se prepara un cola-cao caliente, con dos galletas digestiva, ve un rato la tele y saca al pequeño, al perro, vuelve a su sillón y se queda pensando en las cosas que le gustaría que pasaran, pero no pasan. Lee, libros de amor, libros que todo lo dicen. Libros, que le dan envidia lo que escriben.


Decidido. Lo tiene más que claro. Se va a ir de escapada. ¿A quién le importa?. Coge su maleta pesada y mete ahí ropa y los zapatos en una bolsa. De nuevo coge una bolsa aun más grande para meter comida de su perro. Sus libros, que no falten. También coge dos juguetes del perro, una pelota azul llamativa que le encanta a él y un peluche que tiene un pito. Lo mete todo en el capó del coche. Un pequeño silbido y el sonido de la correa del perro. ''Buen chico'' le dice. Cierra las dos cerraduras de la casa después de ver si ha cerrado las ventanas. Mete al perro en el coche y este se tumba en una manta que tiene su dueña puesta para no llenar el coche de pelos. Después va ella. Arranca y comprueba que hay gasolina ''Joder, si que tragas gasolina'' le dice al coche. Se dirige a la gasolinera y le hecha, por así decirlo, de comer al coche. Tras esto se dirige a donde quiera que sea  en dirección de pasarlo bien por algunos días.

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