domingo, 20 de abril de 2014

No te rindas.

Venga joder, levántate- le dije - No has llegado hasta aquí para rendirte.

Ella, una chica tan normal algo fuera de lo común, cabezona e insegura de sí misma. Es inquieta y algo tímida. ''No te rindas ahora, llevas mucho camino recorrido para parar en seco, para frenar y para dejar atrás todo aquello que por un día te hizo feliz. Deja que esos capullos digan lo que les de la gana. Tú me dijiste que si por cualquier motivo me caigo, que tu me das tu mano para ayudarme a levantarme, ahora soy yo la que te da mi mano, mis ánimos y si hace falta  mi hombro para que llores. Pero no quiero oír de esa boca. Esa boca de la que he oído miles de estupideces, esa boca de la que han salido por sí sola miles de sonrisas sin motivo solo por el echo de ser feliz. No quiero ni pienso oír que no puedes, de que estas sola hundiéndote en esa mierda. Sal ahí demuestra que tú vales mucho más de lo que esa gentuza dice sobre ti. Sal ahí y pon una de tus sonrisas, falsa si quieres, pero sácala. Eso es lo que más jode. Demuestra que esas palabras no son cuchillos para ti, y aunque lo fueran, demuestra que tienes un escudo anti-cuchillos.
Sécate las lágrimas, levántate de la cama, ponte una de tus mejores galas, maquíllate como nunca antes y sal. Para que todo el mundo pueda ver a esa chica tímida e inquieta de nuevo sonreír.''

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